En mi maternidad no hay fines de semana

En mi maternidad no hay fines de semana, vacaciones ni feriados.

Tampoco hay un «lo dejo unas horas en otro lado, para tomarme un respiro».

No hay siestas, ni horas de descanso para recuperar el sueño perdido.

No hay paciencia infinita, aunque quisiera tenerla.

No hay soluciones rápidas ni fáciles, a pesar de lo que opinen los de afuera.

Lo que sí hay, es agotamiento físico y mental, pero por suerte no es constante.

También hay una fuerte sensación de que la mirada externa

es siempre simplificadora, parcial y totalmente ajena.

Hay una fuerte conexión con mi hijo, pero también hay quienes se creen capaces

de explicarme cómo se siente,

porque, al parecer, creen saberlo mejor que yo.

En mi maternidad hay momentos de berrinches aplastantes,

y también hay quienes no comprenden hasta qué punto puede repercutir eso

en la energía mental de los padres.

También hay días en que la casa se me va de las manos,

y el desorden se siente como si fuera a derrumbarse

encima mío.

Hay momentos de dejar salir todo,

y hay momentos de pagar el precio que eso cuesta.

En mi maternidad no hay fines de semana, vacaciones ni feriados,

y si los hubiera, probablemente no los usaría.

Porque, si bien el agotamiento a veces llegue hasta los huesos,

y si bien por momentos todo sea muy difícil,

también hay muchos momentos de felicidad,

interrumpidos por otros de cansancio y necesidad de desahogo.

Hay momentos de oler su pelo y sentir su piel,

lo cual no se parece a ninguna otra sensación que haya experimentado.

Por eso, volvería a hacer todo lo mismo,

una y otra vez, y las veces que fuera necesario,

todos los días de mi vida.

Porque en mi maternidad hay de todo, y tengo de todo,

pero por sobre todo, lo tengo a él.

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3 comentarios en “En mi maternidad no hay fines de semana

  1. Pase mucho tiempo pensando que era incapaz, porque se me olvidan los materiales del colegio de mis 4 hijos, porque llego atrasada tirando a los niños en la mañana, porque no me alcanzo a pintar y porque siempre estoy cansada en la tarde, luego de 9 horas en la pega, pa hacer aseo… Juego con mis hijos y nutro mi relación con ellos, les enseño sobre la autonomía y también les vigilo los sueños… Lloro y me colapso, pero en el baño para que no me vean.

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